Por Flor de María Vila A.
Es innegable que en cuanto a la
enseñanza del inglés como lengua extranjera nos encontramos en un contexto
favorable ya que en los últimos años ha habido
una inversión estatal importante en la formación docente y en la instrucción de
esta materia con el objetivo de que los estudiantes logren dominarlo y usarlo
para insertarse con facilidad en el mercado laboral. Esto nos ofrece un
panorama prometedor, pero a la vez constituye un reto. El mercado actual
demanda docentes con un perfil que le ayude a recuperar la inversión efectuada
en su preparación. ¿Estamos listos para enfrentar las exigencias del mercado?
Si prescindiéramos del
romanticismo que implica el amar la educación, la realidad desnuda nos
indicaría que el mercado laboral exige ciertas características para considerar
a un determinado docente como el apropiado para lograr que los alumnos puedan,
en un plazo no muy extenso, comunicarse en el idioma que están aprendiendo.
Ante el hecho de que los alumnos
en colegios, institutos o universidades no aprenden el idioma a la velocidad —y
por lo tanto, al costo— que las exigencias del mercado sugieren, éste tiende a buscar
otras opciones que sí logren el objetivo. Se trata de disminuir la inversión tanto
de tiempo como de dinero y energía. Si la
inversión no rinde el resultado esperado, impedirá aprovechar las
oportunidades que el conocer un idioma promete. Y, desde la perspectiva del
inversionista, una inversión, que no
rinde el resultado esperado, deberá ser evaluada y determinarse si es
necesario reformar el modo de trabajo o reemplazar al componente que no consigue
alcanzar el objetivo. Este razonamiento es el que podría motivar a diferentes
entidades educativas a buscar opciones que ofrezcan mejores resultados con menor
inversión de dinero, tiempo y esfuerzo. Esta búsqueda de disyuntivas rentables,
eficaces y eficientes puede llevar a substraer del tablero de ajedrez a
aquellas piezas que sólo llegan al rango de peones y no aseguran al
participante un futuro prometedor.
¿Cómo evitar que nos eliminen del “juego”?
Para evitar que nos “inviten” a abandonar
el juego de ajedrez, debemos alejarnos de todo aquello que nos asemeje a un
peón, el cual no ofrece buenas perspectivas de contribuir al triunfo. Para
ello, debemos asegurarnos de tener o cultivar lo necesario para cumplir con
requisitos que no sólo nos den ventajas comparativas sino también competitivas
que aseguren nuestro futuro.
Ventajas comparativas:
En líneas generales, nos
permitirán obtener un empleo y permanecer en él por un tiempo determinado. ¿Y cuáles
son las exigencias que nos ayudarán a obtener estas ventajas? Conocer el idioma objetivo, es decir no tener
ningún problema para comunicarse en él tanto oralmente como por escrito, tener
cierta experiencia enseñando por lo menos algún grupo de alumnado, que puede
ser el inicial, primario o secundario, o tal vez el nivel básico, intermedio o
avanzado. Esta experiencia podría ser una prueba de que manejamos alguna
metodología para lograr que los alumnos aprendan el idioma. Estos requisitos
son los indispensables para insertarse en el mercado laboral de la enseñanza del
inglés. Aunque tener sólo éstos no evitará que seamos eventualmente retirados y
reemplazados por otros docentes que ostentan, además de las mismas cualidades,
otras que los distinguen.
Ventajas
competitivas:
Estas son aquéllas que nos ayudarán a sobresalir y a hacernos
más necesarios. Para tenerlas debemos buscar una diferenciación
entre nosotros y los demás docentes que también conocen el idioma, tienen
experiencia o son nativos de éste. Debemos buscar ofrecer algo único, original
y novedoso. Debemos darle un valor agregado a nuestro conocimiento y pericia. Docentes
que cuentan con una ventaja competitiva son aquellos que, por ejemplo, han
seguido estudios de maestría, dominan la tecnología y la aprovechan para
maximizar los momentos de aprendizaje, pueden enseñar un curso especial como la
preparación para exámenes internacionales, o pueden identificar con facilidad
los problemas de aprendizaje que sus alumnos presenten y poseen la capacidad
para orientarlos en la superación de esas dificultades. Otras características
importantes son tener un nivel de inglés avanzado (C1, C2 en el Marco de Referencia Europeo*), ser
emprendedores y no esperar que los cambios se den solos, ser camaleónicos y
adaptarse a las necesidades emergentes. Finalmente, este tipo de maestro, entre
otras cosas, considera que nunca deja de aprender y, como consecuencia, innova
y genera sus propias condiciones para asegurar su desarrollo a lo largo del
tiempo. De esta manera, prevé factores internos y externos que podrían
entorpecer su desarrollo continuo.
Preguntémonos:
¿Mis ventajas son sólo comparativas o ya estoy empezando a desarrollar las
competitivas? ¿Cuánto tiempo más podremos seguir siendo piezas importantes en
el proceso educativo? ¿Podemos y queremos mejorar nuestra vida laboral?
¿Qué conductas debemos adoptar para abrazar los cambios y
evitar ser reemplazados?
Comparte ideas sobre qué otras estrategias debemos
aplicar para asegurar nuestra participación en este “juego de ajedrez” y llegar
al punto en que podamos trastocar nuestra condición de peones, cambiar roles y
convertirnos en reinas (o reyes) que dominan el juego.
BIODATA
Flor de María Vila A.: Máster en Cognición, Aprendizaje y Desarrollo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Bachiller en Educación con especialidad en la Enseñanza de Inglés. Actualmente es Especialista Pedagógica y Miembro del Equipo de Investigación del Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico, además de Directora Académica y Directora Asociada de Relaciones Internacionales con Universidades Norteamericanas en International Contacts – Test Training & Advisory (rubro de asesoría y entrenamiento para postulaciones a universidades extranjeras). También ejerce como Examiner oficial en varios exámenes de la Universidad de Cambridge, es consultora independiente para Esan Graduate Business School, tiene 20 años como ponente en diversos temas de la enseñanza de inglés, y es instructora senior en exámenes internacionales (GMAT, GRE, TOEFL, IELTS).